Hombres lobo.



El hombre lobo, también conocido como licántropo, es una criatura legendaria presente en muchas culturas independientes a lo largo del mundo. Se ha dicho que este es el más universal de todos los mitos (probablemente junto con el del vampiro), y aún hoy, mucha gente cree en la existencia de los hombres lobo o de otras clases de «hombres bestia». Realmente no hay que confundir los términos: licántropo es aquel hombre que, debido a algún trastorno psicológico, cree haber asumido el aspecto, voz y comportamiento de un lobo, a pesar de que realmente no haya sufrido ninguna transformación física; lo cual lo lleva a actuar de acuerdo a ello, entiéndase matando y cometiendo actos de canibalismo. Por su parte, el hombre lobo es tradicionalmente un hombre que, por efectos de magia o por propensión natural, posee la habilidad de transformar su aspecto en el de un lobo. Todas las características típicas de aquel animal - como son la ferocidad, la fuerza, la astucia y la rapidez- son en ellos claramente manifiestas, para desgracia de todos aquellos que se cruzan en su camino. Puede permanecer con su aspecto animal únicamente por espacio de unas cuantas horas, o bien permanentemente.[cita requerida]

En el folclore y la mitología, un hombre lobo es una persona que se transforma en lobo, ya sea a propósito o involuntariamente, a causa de una maldición o de otro agente exterior. El cronista medieval Gervase de Tilbury asoció la transformación con la aparición de la luna llena, pero este concepto fue raramente asociado con el hombre lobo hasta que la idea fue tomada por los escritores de ficción moderna. La mayoría de las referencias modernas están de acuerdo en que un hombre lobo puede ser asesinado si se le dispara una bala de plata, aunque esto es producto de la narrativa moderna y no aparece en las leyendas tradicionales. Como dato adicional, en versiones modernas, se agregó la idea que ha existido una fuerte rivalidad entre vampiros y hombres lobo, debido a que pertenecen a una misma raza de criaturas. [cita requerida] Los licántropos, al haber renunciado a los poderes vampíricos para obtener una forma física superior, se ganaron el rencor de sus parientes.

Nadie sabe con exactitud cuándo se originaron las leyendas sobre hombres lobo. Puede que se trate de una superstición tan antigua como la humanidad misma, originada como explicación de diversas patologías. Así parecen indicarlo algunos casos datados, como, en España, el de Manuel Blanco Romasanta, en cuya vida se basan las películas El bosque del lobo, y Romasanta. La caza de la bestia (2004).

CARACTERISTICAS:

En algunos países y culturas otros animales desempeñan el papel del hombre lobo. Así, en África aún se cree en hombres hiena u hombres leopardo; en India se pensaba que los tigres enemigos de los hombres eran capaces de convertirse en humanos para atraer a estos y en la Amazonía Colombiana,ecuatoriana, peruana y brasileña se cree que el delfín rosado o bufeo se transforma por la noche en un apuesto varón, para seducir y luego robar a las mujeres, aunque con la intención de reproducirse. Abundan hasta hoy en Latinoamérica las leyendas de los «hombres-tigres», asociados con yaguaretés, jaguares, otorongos o pumas ya que éstas son las fieras más temidas en ese continente. Los dos mitos más importantes son: el runa uturuncu, «indio-tigre» u «hombre-puma» en el quichua del noroeste argentino;[1] [2] b) el Yaguareté-Abá o «tigre-capiango» de las leyendas guaraníticas del noreste argentino y Paraguay.[3] [4] Estas leyendas aparecen también en la obra póstuma del poeta Leopoldo Lugones.[5]

El mito de los hombres lobo parece originario de Europa, y estaba muy vinculado con otras supersticiones y la magia negra. El mito es esencialmente masculino y, entre las causas de que un ser humano se convirtiera en hombre lobo, las más frecuentes eran las siguientes:

Ingerir ciertas plantas vinculadas tradicionalmente con los lobos y la magia negra.

Beber en el mismo lugar donde lo hubiera hecho un lobo.

Cubrirse con la piel de un lobo.

Dormir desnudo a la luz de la luna llena.

Usar una prenda hecha de piel de lobo.

Adquirir la capacidad de transformarse en lobo mediante magia y sortilegios.

Ser el séptimo hijo varón de una familia y no ser bautizado (ver Lobizón).

Ser mordido por otro Hombre Lobo. Esta última forma era la más común.

Tener relaciones sexuales con un hombre lobo.

Nacer después de mellizos o gemelos siendo hijo varón.

En todos los casos la explicación tradicional del mito parece solapar la violación de alguna norma natural o social. Puede, como el más moderno y literario mito de El hombre y la bestia, resumir las tendencias conscientes y sociales del hombre y sus tendencias pulsionales inconscientes, incluso más que pulsionales: instintivas previas a la socialización del sujeto.

Según la tradición, la mayoría de los hombres lobo no se transforman en tales voluntariamente (sólo los magos y los hombres lobos auténticos, es decir, no malditos, pueden hacerlo); son víctimas de una maldición, y sufren enormemente a la hora de su metamorfosis. Lo que es peor, al transformarse pierden completamente la conciencia humana y se vuelven peligrosos, incluso para sus seres queridos. La única manera de librar a un hombre lobo de su maldición es dándole muerte, lo cual no es nada fácil; debe hacerse con un instrumento de plata, ya sea un bastón, un cuchillo o una bala.

Un hombre lobo es un hombre completamente normal la mayor parte del tiempo, y se comporta de manera natural, aunque un poco velludo, y con los sentidos más desarrollados (especialmente el olfato), además de estar en buen estado de salud y forma física.

No es sino durante la noche de Luna Llena cuando se transforma, pues la luz de este astro es la que controla sus transformaciones. Aunque varía según las versiones, el aspecto de un Hombre Lobo transformado puede ir desde un Lobo auténtico aunque más grande de lo normal, hasta un humanoide peludo y con colmillos que va en busca de carne humana.

TRANSFORMACIÓN EN HOMBRE LOBO:

Las leyendas históricas describen una gran variedad de métodos para convertirse en hombre lobo. Una de las más sencillas es la de desnudarse y usar un cinturón hecho de piel de lobo, probablemente un sustituto de asumir toda la piel del animal que también es frecuentemente descrita para este proceso. En otros casos el cuerpo se frota con savia mágica. Otras maneras también consideradas para lograr la metamorfosis son el beber agua que esté sobre la huella del animal o beber de ciertas fuentes encantadas. 'Olaus Magnus u Olaus Vormius dijo que los hombres lobo de Livonia fueron iniciados al drenar una copa de cerveza especialmente preparada mientras se repetía una fórmula. Ralston, en sus Canciones sobre la gente rusa da una forma de encantamiento que aún es familiar en Rusia. También se dice que cuando una mujer da luz a seis niñas, nacerá un séptimo varón y será un hombre lobo.

En el folclore gallego, portugués y el de Argentina y Brasil, es el séptimo de los hijos varones. Destaca que esta creencia estuvo tan extendida en Argentina y Paraguay, donde el hombre lobo derivo o se fusiono en la leyenda del ser llamado el lobizón o luisón, en que los séptimos hijos eran abandonados, cedidos en adopción o asesinados. En 1907 el presidente de Argentina hizo el primer padrinazgo oficial, y en 1973 emitió un decreto para legalizar esta costumbre. El Estado ahora les otorga una medalla de oro en su bautismo y una beca escolar hasta la edad de 21 años. Esto logró finalizar con los abandonos de niños, y aún es tradicional que el presidente sea el padrino de los séptimos hijos.

En otros casos la transformación se logra supuestamente mediante agentes satánicos a los que se somete voluntariamente, y eso se hace con los fines más desagradables, en particular por la gratificación del anhelo de la carne humana (la carne humana que el licántropo puede anhelar puede entenderse como tal -es decir, una antropofagia relacionada con casos de psicosis- o, puede entenderse figuradamente como el deseo sexual sin censura alguna). Richard Verstegan escribió:

«Los hombres-lobo, son ciertos hechiceros, que al untar sus cuerpos con un ungüento que ellos elaboran con el instinto del diablo, y lo ponen en cierta faja encantada, no sólo a la vista de otros lucen como Lobos, sino que su propio pensamiento tiene la forma y naturaleza de lobos, tan pronto como estos visten la faja mencionada. Y disponen de sí mismos como Lobos, al mordisquear y matar, en especial a criaturas humanas»

Richard Verstegan Restitution of Decayed Intelligence, 1628

Tales eran los puntos de vista acerca de la licantropía a través de Europa Continental cuando Verstegan escribió: «Los ungüentos y las savias en cuestión pueden contener agentes alucinógenos (en particular los derivados de la belladona)».

Hay teorías que dicen que a los licántropos, cuando no están convertidos en lobos, el pelo de lobo les crece hacia adentro, y cuando es lobo, le crece la piel hacia adentro; así que cuando se transformase, le daría vuelta a su propia piel.

También existen varios métodos para eliminar la forma bestial. El más simple era el acto de desencantar (funcionando en sí mismo o en una víctima), y otro era el retiro del cinturón o piel del animal. Otros métodos de posibles curas son: arrodillarse en un punto durante cien años, ser reprochado por ser un hombre lobo, ser saludado con el signo de la cruz, ser llamado tres veces por el nombre bautismal, ser golpeado tres veces en la nuca con un cuchillo, o al menos derramar tres gotas de sangre. Muchos cuentos folclóricos europeos incluyen lanzar un objeto de hierro sobre o hacia el hombre lobo, para que éste revele su forma humana.

El hombre lobo fue el mito más original que se ha visto en la actualidad desde los tiempos antiguos hasta las actuales épocas.

COMO DIFERENCIAR A UN HOMBRE LOBO DE OTRO:

A diferencia de los auténticos hombres lobo, las víctimas de la licantropía tienen únicamente dos aspectos: el humano y el animal o el humano y el de bestia humana. Cuando no se encuentra bajo la apariencia de un ser humano, la víctima de licantropía posee la mente de un animal; no sabe lo que hace y tampoco puede controlar sus acciones. Sin embargo, los hombres lobos auténticos, también llamados purasangres, saben lo que hacen y controlan sus transformaciones. Se cree que los brujos y chamanes pueden crear un vínculo muy cercano con sus animales, lo que les da una serie de ventajas respecto a los hombres lobo malditos que ellos saben aprovechar. El brujo deja su forma humana por un tiempo determinado, para adquirir la de un animal elegido. Existen varias versiones de cómo se logra esta metamorfosis:

- Se dice que se «fragmenta», para lo cual se desprende, de modo deliberado, de parte de su cuerpo (los ojos, las piernas, un brazo o, incluso, los intestinos), de este modo si se quiere acabar con un Nahual, el mejor método es seguirle y observar donde realiza su transformación, robarle la parte del cuerpo de la que se desprendió ya que de este modo le será imposible volver a su forma original y al amanecer morirá.

- Otra más afirma que el cuerpo dormido del brujo permanece en su casa, mientras su espíritu vaga en la figura de animal. En este caso, para evitar que alguien toque su cuerpo dormido, el Nahual debe dar siete volteretas.

Las tradiciones de hombres lobos han existido en todo el mundo desde épocas prehistóricas. El que los brujos puedan transformarse en animales es uno de los secretos más peligrosos de su magia. Para volver a la normalidad, bastaba que comieran los brotes del zarzal o el rosal, que besasen el atrio de un santuario, que recibiesen tres cuchilladas en la frente o que perdieran tres gotas de sangre. Estos licántropos adquirían habilidades ocultas al transformarse, tales como una acelerada regeneración o el control de otros animales (caballos, liebres, etc.), entre otros.

INFORMACIÓN TOMADA DE:

http://es.wikipedia.org/wiki/Hombre_lobo

FOTOGRAFÍA TOMADA DE:

http://medtempus.com/page/12/

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