Demonio.



En la religión, folclore y mitología cristianas, un demonio es un espiritu sobrenatural, generalmente malévolo. Con frecuencia se lo representa como una fuerza que puede ser conjurada o controlada.


La tentación de San Antonio (c. 1475), de Martin Schongauer (1448-1491).Ya se pueden encontrar referencias a buenos demonios en Hesiodo y Shakespeare. En la actualidad, el buen demonio es generalmente un dispositivo literario (por ejemplo, el demonio de Maxwell).

En el lenguaje común, para desacreditar a una persona se la «demoniza».

Supuestamente, los demonios pueden poseer a personas, animales o cosas para sus propios objetivos, pero en la mayoría de las religiones pueden expulsarse mediante el exorcismo.

La concepción más extendida en Occidente es la judeocristiana, según la cual los demonios son espíritus del mal con la potestad de poseer a los seres humanos. Para el cristianismo, en particular, los demonios son espíritus inmundos, esbirros de Satanás (príncipe de este mundo y enemigo declarado de Dios y sus ángeles, cuya morada es el regnum caelorum [‘reino de los cielos’]). Se identifica a Satanás como el Ángel caído, que se rebeló contra Dios.

En un sentido general, no obstante, puede decirse que los demonios no son necesariamente seres malvados. Los griegos dividían a los demonios entre buenos y malignos: agatho démones (αγαθοδαίμονες) y caco démones (κακοδαίμονες), respectivamente. Mientras que los agatodémones se asemejan a la noción judaica de ángel protector, los cacodémones, por su parte, no serían otros que los ángeles caídos a los que se refiere la tradición judeocristiana. Tal es el caso de Lucifer, príncipe de los demonios, que el cristianismo identifica con Satanás.

Algunos autores hermenéuticos relacionados con el cristianismo han creado una simetría entre la Trinidad católica (Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo), y una tríada supuestamente opuesta, Lucifer, Anticristo y Falso profeta. Esos autores consideran que la Trinidad posee un proceso comunicativo intradivino que se inicia en el Padre creador, sigue en el Hijo salvador, y termina en el Espíritu Santo iluminador). Esas cualidades estarían reflejadas en la tríada inversa: primero Lucifer destructor, después el Diablo pervertidor (que supuestamente sería el Anticristo), y finalmente Satán oscurecedor.

El término demonio también se usa para indicar aspectos malignos o miedos íntimos del ser humano, generados a través de su conducta o instintos y que hacen daño al mismo individuo o a otras personas; refiriéndose a ellos como demonios interiores del ser humano.

INFORMACIÓN TOMADA DE:

http://es.wikipedia.org/wiki/Demonio

FOTOGRAFÍA TOMADA DE:

http://picses.eu/image/8b162250/

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